Formarse transformando: una mirada desde el Trabajo Social y la equidad de género

Ayline Painemilla es estudiante de Trabajo Social de la Universidad Católica de Temuco y recientemente inició su práctica en el Observatorio de Equidad de Género de la misma casa de estudios. A pesar del breve tiempo que lleva en el equipo, ya ha tenido la oportunidad de involucrarse en espacios que promueven la reflexión y el compromiso con los derechos de las mujeres y disidencias, incorporando la perspectiva de género en su formación y quehacer profesional.

Desde pequeña, Ayline sintió una inclinación por ayudar a los demás, pero no fue hasta los años de formación universitaria cuando descubrió la profundidad y complejidad del Trabajo Social como disciplina. “Me di cuenta de que no se trata solo de ayudas paliativas”, reflexiona, “sino que es una profesión que permite generar transformaciones a nivel individual, colectivo y social”.

La trayectoria académica no ha sido sencilla. “Ha sido difícil, pero muy enriquecedora”, comenta. Los desafíos personales y académicos le han permitido desarrollar habilidades de análisis, reflexión crítica y compromiso social, competencias fundamentales para una trabajadora social que busca intervenir con sentido en su entorno.

Ayline llegó al Observatorio de Equidad de Género de la Universidad Católica de Temuco a través del proceso regular de postulación a centros de práctica, coordinado por su carrera. Antes de integrarse, conocía de forma general la existencia de la Dirección de Género y de una política institucional en la universidad, pero no tenía claridad sobre las funciones específicas del Observatorio ni su alcance.

El Observatorio tiene como propósito generar información sistemática sobre brechas y desigualdades de género al interior de la universidad, aportando así a la toma de decisiones que promuevan la equidad. Su labor incluye el monitoreo, estudio y seguimiento de datos con perspectiva de género, entregando evidencia concreta para la acción institucional. Desde su incorporación, el proceso ha sido enriquecedor. “He sido acogida de la mejor manera e instruida en las temáticas que trabaja el Observatorio. Ha sido una experiencia muy provechosa y desafiante”, comenta. 

 ¿Cuáles son las áreas del Trabajo Social que más te interesan y qué te motiva a enfocarte en ellas?

 “Me interesa mucho el área de la educación, especialmente el trabajo con niños, niñas y adolescentes con necesidades especiales. También me llama la atención la migración, por los desafíos que implica la integración cultural y el acceso a derechos. Y finalmente, el área de justicia y el sistema penitenciario, donde siento que el trabajo social puede marcar una gran diferencia.”

¿De qué manera consideras que el Trabajo Social puede contribuir estratégicamente a los objetivos del Observatorio de Equidad de Género?

 “Muchísimo. El Trabajo Social puede aportar en la recopilación y análisis de información, en la vinculación con la comunidad universitaria y en la difusión de los resultados. Podemos contribuir desde nuestra formación a comprender los datos no solo desde lo técnico, sino también desde lo humano y social.”

Trabajar en temas de género desde el ámbito universitario le ha permitido a Ayline adquirir herramientas nuevas. “Ha sido desafiante porque implica un análisis profundo, tanto cuantitativo como cualitativo. Requiere escucha activa, reflexión crítica y compromiso”.

¿Te gustaría seguir trabajando en temáticas de género y derechos humanos?

“Sí, definitivamente. Aunque llevo poco tiempo en el Observatorio, me ha gustado mucho. He aprendido bastante a través de lecturas, de la práctica misma y del acompañamiento del equipo. Este espacio me ha permitido comprender mejor cómo se puede incidir desde lo técnico y lo político en la superación de desigualdades.”

A través de una retrospección académica Ayline comenta a otras y otros estudiantes de Trabajo Social que están por iniciar su práctica profesional: “Aprovechen cada espacio de inserción, den valor al aporte del Trabajo Social en distintos contextos. Visibilicen lo que pueden hacer. Y recuerden que cada experiencia es única e irrepetible, así que vívanla con compromiso y apertura.”

Con su entusiasmo, convicción y compromiso, Ayline es una muestra del impacto que puede tener la articulación entre formación profesional y espacios institucionales como el Observatorio de Equidad de Género. Un lugar donde el análisis, la acción y la transformación se entrelazan, no sólo para cambiar realidades, sino también para formar profesionales conscientes de su rol en ellas.

 

Sofía Oyarzún Rosales
Periodista
Proyecto InES Género
Universidad Católica de Temuco