El modelo se enmarca en el proyecto “Igualdad que se vive”, financiado por el Ministerio de Educación, y busca transversalizar la perspectiva de género en el quehacer institucional.
Un cambio cultural co-construido a través de un proceso participativo. Ese es el objetivo del nuevo Modelo de Promoción de Igualdad de Género y No Discriminación de la Universidad Católica de Temuco.
Construido por académicas y profesionales de la Vicerrectoría de Calidad y Gestión Estratégica, Dirección de Integración para la Identidad, y Gobierno de Datos y Gestión de Información; y liderado por la Dirección de Género (DG), el modelo viene a cumplir con la instalación de capacidades organizacionales para el monitoreo y evaluación de las acciones y medidas institucionales que aseguren la transversalización de la perspectiva de género al interior de la universidad.
El modelo fue revisado y validado por el Consejo Académico y del Consejo Asesor de la DG con lo cual se da inicio formal a su implementación.
Para la Prorrectora Marcela Momberg, “este modelo forma parte de un compromiso institucional con la igualdad de género. Su implementación nos permitirá avanzar hacia una cultura universitaria más inclusiva, con estándares nacionales e internacionales de buenas prácticas en distintas áreas del quehacer universitario como docencia, investigación y vinculación”, señaló.
Co-construir y no imponer
Para la directora de Calidad de la Vicerrectoría de Calidad y Gestión Estratégica UCT, Josseline Miranda Madrid, el modelo “está basado en la metodología PHVA, que es planificar, hacer, verificar y actuar. Así, la universidad diagnosticará constantemente el estado del avance de la promoción de la igualdad de género y no discriminación, generando un plan institucional de trabajo que, si bien va a ser liderado por la Dirección de Género, será trabajado por toda la comunidad”.
En esa misma línea, la profesional aseguró que este será un elemento que estará presente de manera transversal en el quehacer institucional porque se encuentra contemplado como forma de proyección dentro de los mecanismos de sistema institucional de aseguramiento de la calidad.
“Recogemos la experiencia que tenemos en la universidad respecto a lo que estamos trabajando en cuanto a perspectiva de género, y contemplando aquellos aspectos que puedan ser enriquecedores hoy o a futuro, desde el ámbito nacional e internacional. No es solo algo que hagamos para avanzar, tenemos regulación y lo queremos incorporar como parte de la cultura. Es parte de los lineamientos de lo que estuvimos trabajando y será parte de nuestro sello”, señaló Miranda.
Sin embargo, las acciones que serán implementadas no serán impuestas, sino que conversadas con todas las unidades involucradas según sus propias capacidades: “Veremos cómo ir permeando los elementos dentro de la comunidad y los integraremos de manera informativa dentro de mecanismos de trabajo. Por ejemplo, desde la Dirección de Calidad incorporaremos aquellos elementos del diagnóstico dentro del modelo de autoevaluación integral que estamos aplicando en las facultades. Esto para que la planta académica, estudiantes y autoridades, los conozcan y tengan presente que hay otras unidades de soportes que están entregando insumos para el quehacer de las facultades. Tenemos elementos de trabajo, sabemos que hay una brecha y estamos avanzando como comunidad. No es solo un desafío de la Dirección de Género, es tarea de todas y todos”, finalizó.